A fines de los años 90, el Proto Labbit apareció en unos pocos productos fabricados y lanzados por el sello personal de Kozik, Man’s Ruin Records. El personaje apareció en encendedores Zippos, ceniceros de cristal, loncheras de plástico y hasta calcomanías. En 1998, una pequeña tirada hecha a mano en resina fue producida y vendida en Japón.
En 2000, durante una visita a la sede de Bounty Hunter, en Tokio, se le ofreció a Kozik realizar una colaboración para producir al conejo fumador como un juguete de vinilo. La leyenda cuenta que cuando recibió los juguetes terminados, se encontró con que habían japonizado el nombre del personaje en “Smorkin ‘Labbit». Para Kozik, este error tuvo dimensiones épicas, y lo encontró tan fabuloso que, inmediatamente, decidió que éste debería ser el nombre real del personaje.
Cuando el fenómeno de los juguetes de vinilo finalmente golpeó a los EE.UU. en 2003, Kozik se unió a la entonces nueva Kidrobot, para desarrollar aún más a Labbit, en una gran variedad de tamaños, estilos y personalidades. Hasta la fecha, se han producido más de 150 versiones diferentes de este conejo.
Entre algunos de los rasgos que más representan a Labbit, está la adicción a los cigarillos, a los de caramelos y a la carne seca. Es alérgico a trabajar en cualquier forma. Prefiere el término de «huesos grandes» a «gordo como un cerdo”, y es bastante cuestionable su higiene personal…
Su más nueva versión está diseñada por Chuckboy, quien ya ha participado en el pasado con Kidrobot, realizando Dunnies de diverso estilo. Digno ejemplo de cómo la tecnología puede ser usada para el mal, en las manos equivocadas, Cyborg Labbit Nemisis es un oscuro canalla, que no para de fumar. Mide 7 pulgadas, es de vinilo y posee dos terminaciones (su ojo biónico y su cigarro), que siempre brillan. Esta actualización de Chuckboy al clásico de Kozik es más fuerte, más rápido y más fumador que nunca. Sólo mil fueron producidos, y salieron a la venta el 14 de marzo, en las tiendas de Kidrobot, kidrobot.com, y tiendas especiales en todo el mundo.
Fuente: Revista 90+10
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